El Bicho sumó una derrota más, pero ésta vez con De Sarrasqueta en el banco de suplentes. Hubo poco juego, y también, al contrario que ante Godoy Cruz, la suerte jugó en contra. Quilmes, con tres bombazos se llevó tres unidades importantísimas.
Era un partido importante para ambas entidades más que nada por la pelea por mantener la categoría. Casi una final. El Bicho tenía la suerte de jugar de local. De arranque era un partido fraccionado, dividido, con dos equipos paupérrimos. Parecía que el 0-0 era ideal.
Sin embargo, un error repartido entre Ojeda y Garcé dejaría a Romero acomodado para emboquillarla desde casi la mitad del terreno, sobre el cuerpo del arquero santafesino. Era el primero, y un baldazo de agua fría para el equipo de De Sarrasqueta.
De ahí en más, el Bicho se entregó. Quilmes, aprovechó, y con mucha suerte, Olivera la agarró desde mitad de cancha y casi que sin intención se la coló a Ojeda. ¿Un calco del primero? Éste con mucha más suerte. Para ese momento La Paternal era una caldera.
La gente agotaba paciencia y le pedía actitud al plantel. Casi que por arte de magia, Matías Martínez (de lo mejorcito) descontó con su arma más fuerte; el cabezazo. La gente se fervorizó, y logró contagiar al equipo por primera vez. Iba para adelante, sin ideas.
En el mejor momento del Bicho, la mala fortuna volvió a lastimar al Bicho. De tiro libre Mansilla clavó un golazo, para sentenciar el 3-1, que luego, por más intención que se tuviese, iba a ser resultado final. Primer derrota con De Sarrasqueta, pero noveno partido sin ganar para Argentinos.
Por: Joaquín Donati
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