Argentinos cayó en Paternal ante Lanús por 2-1 y se hunde cada vez más en la tabla de promedios.
El Bicho volvió a caer. Ésta vez en otro contexto; en Paternal, y ante el puntero del Torneo, que venía con valla invicta como visitante (Lanús). Sin embargo la preocupación, lejos de ser menor, crece cada vez más. Tres caídas consecutivas dejan muy cerca del descenso al Bicho. Pero por suerte (en realidad, lamentablemente je) Argentinos depende de sí mismo para escaparle al descenso, por este año. Esta semana cayó Quilmes y le amplió el margen de error del equipo de Caruso, que sigue siendo muy chico.
Argentinos con respecto a unos meses atrás, mejoró, pero este es momento de no "estar ahí", sino de sumar de a tres pero como sea. A pesar de la leve mejoría, recién mencionada, al Bicho le queda grande la palabra "equipo". Faltan asociaciones, y lo que es más importante, falta una clara identidad e/o idea de juego en lo que, con suerte se puede llamar equipo de Caruso. Las individuales son muy cambiantes. Hay días y días. ¿Hoy? Repasemos...
En cuanto a la defensa, en lo personal, hoy terminó de agotarme la paciencia Ariel Garcé. Jamás tiene buen despliegue, y su marca es muy pobre. Flores cubrió de manera bastante correcta la ausencia de Matellán. A la izquierda Barzola no hizo mucho pero cumplió. Martínez fue sin lugar a dudas el mejor. Dejando muy a un costado el gol que metió (para convertirse en goleador del equipo con 3 tantos), supo cortar tirándose al piso en el momento indicado, y además ganar en el juego aéreo. Como si fuera poco llegó a avanzar con balón en pie, al área rival y ganarse un tiro libre.
El mediocampo, por primera vez en mucho tiempo, fue lo más regular del conjunto de Caruso. Nagüel levantó un poco, su pésimo rendimiento que venía acarreando. Por su parte, Vázquez tuvo una tarde bastante aceptable teniendo en cuenta que fue sostén en la mitad y también ordenó al Bicho. Hernández quizo, pero no pudo. Fue elegante e intentó ser determinante. Pero el mejor de los volantes fue Rodrigo Gómez. En su debut por el torneo local, ganó en velocidad por la franja derecha tantas veces como encaró a Velázquez. Argentinos encontró en él un camino claro de ataque. Fresco y preciso, supo centrar de la mejor manera.
Adelante, Caruso no gravitó. El ex-River pivoteó y rebotó mucho pero jamás fue clave. El que sí tuvo una brillante tarde fue Marcos Figueroa. Otro de los que marcaron un rumbo de ataque, con su velocidad y pegada, que en más de una situación asustó a la defensa granate. De los que entraron, Anangonó fue lo peor. No ganó arriba, ni fue preciso. Villalva, y Lenis, por lo contrario, demostraron ganas, y además desequilibraron.
Argentinos dejó una buena imagen sobre el final. Pero no hay que dejarse engañar por los últimos 20 o 30 minutos en los que el equipo salió a buscar el partido. Es bueno quedarse con el bosque completo y no el árbol. A Argentinos le falta mucho como para escaparse. La llegada de Caruso alivió, por el hecho de tener renombre y experiencia en salvar abajo, pero el Bicho se va hundiendo paso a paso, derrota a derrota, jugada a jugada, y lo que es peor, fecha a fecha.
Pero saliendo de contexto, y analizando otro tema, la derrota parecía obvia, más allá de toda falsa esperanza. El puntero contra el último, que además pelea el descenso. Equipo con identidad, contra once hombres a los que les cuesta crear una idea de juego. Y por sobre todo, un club que viene haciendo las cosas bien en general, contra un club que viene de varios problemas internos en cuanto a dirigencia y más.
Para resumir y concluir; Argentinos volvió a caer, pero mejorando la cara. Sin embargo, es la tercer derrota al hilo y empieza a preocupar seriamente el tema de los promedios. Y si no llega a ser este año, el año que viene, somos una fija. A ponerse las pilas, que el Bicho depende del Bicho, y hay material.
Por: Joaquín Donati






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