Por: Joaquín Donati - En las últimas cuatro jornadas, Argentinos bajó su nivel, no ganó, marcó un sólo gol y recibió 9 tantos.
Contrastó. Las últimas cuatro fechas, Argentinos tuvo un cambio total, para mal. Aquel equipo sólido y eficaz, se transformó en uno débil e inofensivo. Me tomó días entender el por qué de la repentino recaída, pasar de 12 de 12 puntos a 1 de 12, hasta que escuché la autocrítica de Boyero que lo define a la perfección: "Por ahí antes ganabamos más de arriba. Perdimos agresividad". Logré entender lo que quiso reflejar el lungo.
Pero fui más allá y encontré el por qué del por qué. El once ideal se fue desarmando por partes; lesiones y decisiones malas del DT (ej.: Miranda por Boyero). Este inconveniente comenzó por los puestos más ofensivos, por lo que el equipo de Caruso empezó a tener menos llegada, y menos gol. Luego el síntoma de la enfermedad llegó a la defensa (la salidas de Barraza y Palomino) y ésta quedó desnuda, endeble.
De a poco, Argentinos dejó de proliferar y generar desde el juego aéreo, y la efectividad en el contragolpe por el juego raso, también disminuyó su eficacia. Aquellos goles oportunos dejaron de existir, y marcó en cuatro cotejos, tan sólo un tanto. Lo peor fue que a partir de dicha desmejoría, la defensa se contagió y el cero en el arco pasó a ser nueve goles en cuatro cotejos; más que frágil.
A partir de los síntomas, se diagnosticó una enfermedad que puede ser mortal a punto de descender. Debe curarse lo antes posible, y depende de la astucia de Ricardo, la predisposición de los soldados, y suerte. A pura lucha, única medicina para recuperarse.






Solo le quiero aconsejar a Caruso, una cosa muy simple; tiene que convencer a los jugadores que; tienen dos ojos para ver y una cabeza para pensar y a eso le agregan sus habilidades y con eso se consigue un muy buen equipo; no hay mucho secreto; enchufado en este concepto alcanza y sobra. ( El Tano Mayor )
ResponderEliminar