Peor que nunca

  Argentinos sumó una nueva derrota, ante un rival directo y quedó peligrosamente al borde del descenso. 

  Ya solo es cuestión de fe, si se refiere a la situación que atraviesa Argentinos Juniors en lo que queda del Torneo Final, en una lucha en donde predomina la confusión, entre cuerpo técnido-jugadores, jugadores-pelota. Pero en esta relación desgastada también convive la falta de compromiso de aquellos, que son consecuentes de un momento histórico del Bicho más cerca de la "B" naciónal que la permanencia en primera.

  A modo de disgusto, los recaudos poco acertados en cuanto al equipo que cayó ante San Martín de SJ por 2 a 1, son expresiones de un Caruso Lombardi que siente ajena una situación que lo encontró reiteradas veces como héroe extravagante. El traje de villano parece conmover al técnico del Bichito que no encuentra explicaciones futbolísticas  y mucho menos en los resultados. Nereo Fernandez, en un rendimiento mediocre, pero arriba, al fin, de la media de sus compañeros. Matías Martinez consumido por su lesión que lo asedia desde hace ya cinco fechas. El medio, dirá uno por ahí "es un chiste", un Garce en una posición que lo excedió a lo ancho y largo de la cancha, además de que en sus alrededores nunca encontró respuestas claras de sus compañeros con respecto a qué debía hacer, y de qué forma. La discontinuidad de una linea que conecte la mitad del campo con los denominados puntas, se evidenció nuevamente y como era de esperar los delanteros sufrieron el desgate de correr sin la pelota.

  A diferencia, y como ejemplo de lo antes mencionado, el trabajo de Luna como enlace característico en el equipo san juanino demostró la importancia de conectores lógicos del fútbol, que nutren la escensia de fundir, desde abajo, un proceso que derive en una situación de gol. Pero Argentinos lejos estuvo de eso, extensos espacios de un 4-4-2 especulativo.

  Deberá ser entonces, la priorización de lo simple y coherente ante lo nuevo e incomprobable. Deberá ser la búsqueda del objetivo primordial del fútbol, la victoria, por sobre la apuesta a empates desmerecedores. En lo que respecta, este equipo debe comprender que si no viene un cambio rotundo en las últimas fechas, en criollo y castellano; "se va todo al carajo".

Por: Franco Moretti