Un hincha de primera

Por: Joaquín Donati -

  Argentinos ganó, San Martín y Rafaela perdieron, por lo que el Bicho se queda en la máxima categoría, condenando a los cuyanos.

  Te levantás, quizás más temprano de lo normal, y seguramente después de una noche entrecortada y de insomnio. Recordás, como primer deber, que hoy Argentinos juega una final, el descenso. Intentás sacarte los nervios; desayunás, mirás televisión, jugás un rato con la calculadora, charlás, etcétera. Termina de bajarte el desayuno, entonces ahí, empezás (por más anormal que resulte en varios humanos) a navegar por internet, y chusmear.

  Más tarde, ves una camiseta un poco antigua del Bicho, el escudo, y pensás: "con esta grandeza, cómo descender". Se te sube la moral, hasta que recordás que San Martín está hecho un Barcelona (12/12pts). Más tarde, te fijas en los nombres. Caruso de técnico, y más de 6 pibes titulares. Murmurás, sabiendo que igual dolería, "y si nos vamos, igual qué orgullo". Pero reflexionás: "No nos vamos, somos Argentinos".

  Pensás en la mística, cerca del almuerzo; ganamos cuando tuvimos que hacerlo; Vélez, y Cali 1985, San Lorenzo 1981, Independiente 2010. dejando afuera cinco promociones y otras hazañas. "Somos de primera, los pibes vienen a transpirar esta camiseta gloriosa, y de la mano de Caruso, nos salvamos". Llega la hora, olvidás todas tus anteriores reflexiones, mente en blanco, nudo de nervios, y cómo es cerca de la hora del almuerzo, te atragantás la comida a gritos.

  Preparás tus cábalas. Ubicás a tus familiares, metés cuernitos, y te convertís en el ser más cabulero de todos. Remera, sillón, y el infaltable; "ahora callense todos que empieza". Tomás algo para bajarte la comida que se te quedó atorada en la garganta. Empieza, y vos ya desde arranque empezás a gritar como si te pudieran escuchar. Te calmás, alentás, y volvés a gritar.

  Como no hay visitantes, andás cambiando de dial cada dos por tres acorde al momento, hacés zapping en la tele, y mientras vas dejando caer algunas frases típicas de hincha nervioso; "Dale gallinas, ¿cuántas veces les regalamos torneos?", o sino; "Dale que estos van con suplentes". De repente, llega el gol de River, más temprano de lo esperado. Lo gritás como gol propio, y como si fuera poco, cae el de Vélez. Pack completo, estás que no podés más de alegría.

  Escuchás que desde el Monumental hay otro gol de los "millonarios". Un festejo, esta vez más calmo, y pedís que se aguanten. Para este momento ya ni importa el resultado propio (y mucho menos el de Atlético Rafaela), hasta que sobre el final de la primer parte de la película, descuenta San Martín. No podés tener quince minutos de paz, vuelven los nervios, las especulaciones, la tensión, los insultos, la calculadora, el zapping, más.

  Al principio de la segunda mitad, vas cambiando canales, pero ya pasados los 15', decidís ver solamente el de River y San Juan. Recibís noticias de que hay gol de Atlético Rafaela, y luego de Vélez, pero eso no te inmuta. Los cuyanos no paran de llegar, y vos ya sospechas de arreglos, por las fallas defensivas de los de Ramón. Expulsan a Ledesma, por suerte el de San Martín. Ya está, todo listo. Te preparás para el festejo.

  Sobre el final, gol de Iturbe que liquida, y además de Pablito Hernández. Festejás, das todo por acabado, y tenés razón. "Gracias Bicho, gracias por tanto". Pensás, tanto sufrir, siempre termina, gracias a su grandeza y mística, con una sonrisa de alivio, y orgullo. "Argentinos es de primera, y de primera no se va", otras canciones. Aplaudís y agradecés a los pibes que transpiran la camiseta, y a Caruso, por otra vez, salvarnos del fuego.

  Otra vez recordás, qué orgullo ser de Argentinos, tanta gloria. Ponés todos los programas, para ver las repercusiones a nivel nacional. Más tarde te enterás que hay una autoconvocatoria al estadio Diego A. Maradona, para recibir al plantel. "¿Perdermelo? Ni loco". Por último, imaginás lo tranquila que va a ser la semana. Bicho, gracias por tanto. Siempre con vos.